Hoy
quizás por las inclemencias propias del
invierno siento añoranza por los tiempos venideros…
Si
alguien se ha percatado, no se puede sentir realmente “añoranza” de un momento
que está por venir porque por definición, la añoranza está directamente relacionada
con un tiempo pasado.
Pues
bien, yo hoy siento añoranza por el devenir de los acontecimientos. Y punto!
Es
mi acto de rebeldía del día.
Y es
que escribo desde la ira, el mosqueo, el parraque, el enojo, la rabia, la indignación,
la irritación…por este momento que se nos va, que se nos escapa, sin previo
aviso.
De
hecho, hasta esto mismo que escribo ya se ha ido de alguna manera. Ya ha sido.
Ya no es. Entonces fue un pensamiento del presente pero mientras lo
redactaba en este archivo de Word pasó a convertirse en pasado en el mismo
instante que ha quedado escrito. De modo que, si recapacitamos un poco, eso
que estás haciendo ahora mismo, si, eso que haces mientras lees esto, ya es
pasado desde que yo te lo digo. Ves? Pasado.
En
fin, que nos vamos…
Aprovecho
este texto para mostraros unas fotografías de una de mis amadas aves. El
abejaruco. El abejaruco vendrá a la península desde lejanas tierras
africanas esta primavera, como lleva haciendo desde yo que se cuando, a
disfrutar de nuestras cálidas temperaturas y dejar constancia de su paso en la
vida con un relevo generacional. Criarán.
Y
porqué fotos de abejarucos?
Porque si. Y punto!
Mi
acto de rebeldía número dos.
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