lunes, 30 de junio de 2014

El despertar de un sueño

Una suave caricia recorre mi cuerpo desnudo.

Con sumo cuidado, ese tierno contacto va despertando mi ser de un sueño plagado de sensaciones. Aún puedo recordar, más que hechos puntuales, emociones vividas con mi alma entregada. Las caricias continúan recorriendo mis piernas con un recorrido programado. Delicadas. Sosegadas. Frescas.

Ahora si, voy tomando consciencia. El despertar tranquilo se va materializando con un aletargado paso. No hay prisas. No las deseo.

Toco a mi mujer a mi lado del lecho conyugal y mimo a mi hija que también está con nosotros disfrutando de esa protección paternal que todos hemos necesitado.

Miro al techo de mi habitación y me tapo deseando ese calor residual permaneciente bajo el edredón de plumas….eso…plumas!

Eso, eso….no ha sido un sueño. Empiezo a ver con claridad. Siento una inmensa alegría plena de emociones que, ahora, se agolpan en mi mente recordando casi febrilmente una semana pasada en el norte de Inglaterra y Escocia.

Este es el relato de un viaje de ida, y no de vuelta, a tierras lejanas llenas de vida, luces, colores y olores.

Todo tiene un comienzo. El mío se consolida cuando pongo rumbo al este de nuestro país, en mi querida California, al encuentro de un buen amigo que hará, junto con otros, las veces de guías de estos lugares que todavía me son desconocidos. Llego al caer la tarde y se me espera con sincera alegría. Unas presentaciones, unas tímidas risas y una fantástica cena con sabores y toques marroquíes que hacen las delicias de este que ahora escribe. Se riega con vino, agradable conversación y, finalmente, con un te verde de aromas mentolados. Vamos a dormir. Mañana cogeremos nuestro avión para volar hasta Newcastle, punto de partida de esta expedición.

El viaje en avión se disfruta con una enriquecedora conversación con mi compañero de asiento. Las palabras se atropellan unas con otras. Es maravilloso coincidir con un todavía desconocido pero que de alguna manera tenemos muchos puntos de vista en común. Me gusta conversar y con este ahora ya consolidado amigo lo he hecho con plena satisfacción a lo largo de este viaje en varias ocasiones.

Llegados a nuestro momentáneo destino, ponemos rumbo al lugar que acogerá nuestras vidas durante esta semana intensa.

Beadnell.

Llegados ya, instalados ahora. Tenemos  nuestra primera toma de contacto con el lugar. Fotografiamos Eider común (Somateria mollissima) en la playita del pueblo de Seahouses, cerca del puerto pesquero de la localidad, y después, una pequeña colonia de cría de Gaviota tridáctila (Rissa tridactyla) en unos acantilados colindantes. Magnífico preludio de lo que me deparará este inolvidable destino.











Las fotografías mostradas en esta entrada son en encuadre original, sin recortes.

Las imágenes y los textos que aparecen en este blog son propiedad de Diego Ramos Lobato, quedando prohibida la reproducción total y parcial sin consentimiento expreso 
del autor del mismo