Una
suave caricia recorre mi cuerpo desnudo.
Con
sumo cuidado, ese tierno contacto va despertando mi ser de un sueño plagado de
sensaciones. Aún puedo recordar, más que hechos puntuales, emociones vividas
con mi alma entregada. Las caricias continúan recorriendo mis piernas con un
recorrido programado. Delicadas. Sosegadas. Frescas.
Ahora
si, voy tomando consciencia. El despertar tranquilo se va materializando con un
aletargado paso. No hay prisas. No las deseo.
Toco
a mi mujer a mi lado del lecho conyugal y mimo a mi hija que también está con
nosotros disfrutando de esa protección paternal que todos hemos necesitado.
Miro
al techo de mi habitación y me tapo deseando ese calor residual permaneciente
bajo el edredón de plumas….eso…plumas!
Eso,
eso….no ha sido un sueño. Empiezo a ver con claridad. Siento una inmensa
alegría plena de emociones que, ahora, se agolpan en mi mente recordando casi
febrilmente una semana pasada en el norte de Inglaterra y Escocia.
Este
es el relato de un viaje de ida, y no de vuelta, a tierras lejanas llenas de
vida, luces, colores y olores.
Todo
tiene un comienzo. El mío se consolida cuando pongo rumbo al este de nuestro
país, en mi querida California, al encuentro de un buen amigo que hará, junto con
otros, las veces de guías de estos lugares que todavía me son desconocidos.
Llego al caer la tarde y se me espera con sincera alegría. Unas presentaciones,
unas tímidas risas y una fantástica cena con sabores y toques marroquíes que
hacen las delicias de este que ahora escribe. Se riega con vino, agradable
conversación y, finalmente, con un te verde de aromas mentolados. Vamos a
dormir. Mañana cogeremos nuestro avión para volar hasta Newcastle, punto de
partida de esta expedición.
El
viaje en avión se disfruta con una enriquecedora conversación con mi compañero de
asiento. Las palabras se atropellan unas con otras. Es maravilloso coincidir
con un todavía desconocido pero que de alguna manera tenemos muchos puntos de
vista en común. Me gusta conversar y con este ahora ya consolidado amigo lo he
hecho con plena satisfacción a lo largo de este viaje en varias ocasiones.
Llegados
a nuestro momentáneo destino, ponemos rumbo al lugar que acogerá nuestras vidas
durante esta semana intensa.
Beadnell.
Llegados
ya, instalados ahora. Tenemos nuestra
primera toma de contacto con el lugar. Fotografiamos Eider común (Somateria
mollissima) en la playita del pueblo de Seahouses, cerca del puerto pesquero de la localidad,
y después, una pequeña colonia de cría de Gaviota tridáctila (Rissa tridactyla)
en unos acantilados colindantes. Magnífico preludio de lo que me deparará este
inolvidable destino.